Fecha: 16 de octubre de 2.011
Equipo: Betty, Juan
Desnivel: 529 metros
Cuando atraviesas la Comarca de Pinares, en Soria, el monte te va fagocitando con sus formas, colores, sonidos y olores. Sientes la inmensidad del bosque y la enorme vida que desprenden sus pinos, robles, hayas, sabinas ….
El domingo por la mañana salimos con dirección a Vinuesa desde Navaleno - donde el sábado disfrutamos de una estupenda jornada micológica (de campo y de mesa). El objetivo era llegar hasta La Laguna Negra, para dejar allí el coche e intentar subir el Pico de Urbión.
Observando a ambos lados de la carretera, íbamos disfrutando del espectacular bosque que nos acompañó todo el trayecto y sorprendiéndonos de lo cuidado que está en comparación con otras zonas forestales del país. Pues bien, aunque es cierto que los recursos hídricos de la zona son abundantes por su proximidad con la Sierra de Urbión, no es menos cierto que una zona tan rica como esta a nivel ecológico podría encontrarse devastada por la actividad humana; bien sea por el abuso de la actividad maderera, ganadera, turística o de cualquier otro tipo.
Y ello fue porque para evitar esa devastación, se tomaron dos importantes medidas en la zona. La primera y más antigua, fue crear y ordenar hace más de 100 años (en 1907) el Monte bautizado como Pinar Grande, en el que una mancomunidad de 150 pueblos de la zona que habían tenido el aprovechamiento del monte desde casi el S. XII decidió cambiar sus costumbres y adaptarlas a un modelo de gestión sostenible del mismo.
La otra, más reciente, es que el profundo interés de la población por el cuidado y mejora de su bosque, hizo que se propusieran y consiguieran integrarse en la Red Internacional de Bosques Modelo, a la que pertenecen desde 2007, siendo El Monte Modelo de Urbión el único de España que pertenece a esta red.
Este macizo forestal, uno de los más extensos de la Península Ibérica, tiene casi 100.000 hectáreas de masas naturales autóctonas formadas principalmente por pino silvestre y pino resinero. Gracias s a la explotación mantenida de esa riqueza forestal los habitantes de Urbión han conseguido que, durante generaciones, se pueda vivir del bosque, convirtiéndose en una de las regiones rurales de montaña más próspera y pobladas de toda la geografía española.
Frente al abandono que caracteriza muchas zonas de montaña estos pueblos reúnen una población de unos 18.500 habitantes, presentando una densidad de población superior a la media de Soria. El sector forestal en la comarca ocupa el 50% de la población activa, con más de 150 empresas y 2.000 trabajadores empleados.
De los pinares ordenados de estos pueblos se cortan, hoy en día, más de 200.000 árboles al año de una forma sostenible, bajo sistema de certificación PEFC, oscilando el turno de corta establecido por las ordenaciones entre los 120 y los 140 años. Tras la corta, los pinares se regeneran generalmente bastante bien. Buena prueba de ello es que existen cerca de 20 millones de árboles con edades entre 30 y 200 años.
Una vez superada la localidad de Vinuesa, y sin abandonar este frondos bosque, llegamos a la Laguna Negra, que emerge a 1.765 m de altitud.
Según cuenta la leyenda, la laguna Negra no tiene fondo y los lugareños defienden la teoría de que se comunica con el mar mediante cuevas y corrientes subterráneas. La leyenda más extendida, que hace hincapié en la ausencia de fondo, es la que escribió Antonio Machado en 1912: Los hijos de Alvargónzalez.
Machado sitúa en estas tierras la historia trágica de un parricidio. Alvargonzález es asesinado por dos de sus tres hijos, que tienen prisa para el cobro de la herencia y deciden deshacerse del cadáver arrojándolo a la Laguna. Más adelante, los remordimientos corroen a los asesinos, que deciden vender las tierras a su hermano y por “tierra de por medio”. Cuando emigran, se pierden en la noche y acaban en las aguas de la laguna …..
Así veía Machado la Laguna Negra:
Llegaron los asesinos
hasta la Laguna Negra,
agua transparente y muda
que enorme muro de piedra,
donde los buitres anidan
y el eco duerme, rodea;
agua clara donde beben
las águilas de la sierra,
donde el jabalí del monte
y el ciervo y el corzo abrevan;
agua pura y silenciosa
que copia cosas eternas;
agua impasible que guarda
en su seno las estrellas
El origen geológico de la Laguna Negra, lo encontramos en el periodo cuaternario. Hace unos 2.000.000 de años, un glaciar descendía desde el pico de Urbión hasta el valle del Riminuesa cubriendo lo que hoy es la laguna. Los sedimentos que arrastraba el glaciar (la morrena), se fueron depositando a los lados del mismo formando un muro que iba reteniendo el agua formando la laguna. El relieve en forma de hoya, y su situación a la sombra, propiciaron que se quedara en lo que hoy es la laguna, una masa de hielo en el fondo.
Los acantilados se formaron mediante sucesivas congelaciones y deshielos que rompieron grandes bloques de piedra, que se ven en las orillas de la laguna y en la zona de la ladera del Zorraquín, encontrándose así la laguna rodeada por su parte oeste por las impresionantes paredes que conforman el acantilado o cinturón rocoso.
Rodeando la laguna por el suroeste, sale un camino al Pico Urbión que sube hacia el Collado de Majada Rubia, y que aunque está perfectamente indicado, comienza con un cartel que dice “Tramo de senda peligrosa”. En este primer tramo, que transcurre por un pequeño canal en la pared, el desnivel es importante y el camino pedregoso, por lo que vamos caminando despacio. Como se gana altura muy rápidamente, nada más salir del canal llegamos al Collado de Majada, disfrutamos de una maravillosa vista aérea de la Laguna, y divisamos ya al fondo el Pico de Urbión, a 2.228m de altitud.
Continuamos caminando un buen rato por el Collado de Majada Rubia, y de repente, nos dimos cuenta de que con paisajes tan espectaculares habíamos ralentizado tanto el ritmo de ascensión, que en el tiempo que habíamos previsto subir hasta la cumbre, no habíamos progresado más allá de la mitad, así que como habíamos quedado a comer en Quintanarejo, encontramos un fantástico pretexto para abandonar la subida, y juramentarnos para volver pronto a intentar subir la cima.
Nos veremos pronto, Urbión. Y la próxima vez en la cima, subiendo por tu cara Norte desde La Rioja.