Behobia - San Sebastián


Cuando terminamos el año pasado la media maratón de Madrid, nos juramentamos para correr la siguiente edición de la Behobia – San Sebastián. Era por entonces el mes de abril, y aquello podía sonar a “calentón” fruto del subidón tras cruzar la línea de meta en El Retiro, pero no. Con insinuarlo solo una vez, sabíamos los cuatro que estaríamos allí.

Llegamos a San Sebastián el sábado por la mañana para ir ambientándonos, y retirar los dorsales por la tarde. Al llegar, nos encontramos con un día espléndido y las playas abarrotadas. Aunque estamos en noviembre, los termómetros marcaban 26ºC y la duda era optar entre bañito playero o paseo por la ciudad.

Como lo más aconsejable para la víspera de una carrera es descansar lo más posible, decidimos recorrer de ida y vuelta toda la Bahía de La Concha, parte de La Zurriola, y estar más de 8 horas por ahí zascandilenado.


Empezamos en el Peine del Viento para coger inspiración, paseamos las playas de Ondarreta y La Concha y nos fuimos a comer a un italiano los pertinentes carbohidratos en forma de pasta. Por la tarde fuimos a la feria del corredor (instalada en el interior del Kursaal) a retirar los dorsales y las camisetas, y continuamos paseando después por la playa de Zurriola.





De la cena de pintxos y birras en el Casco Viejo que nos metimos entre pecho y espalda para terminar de vulnerar todas las reglas, no entraremos en más detalles ….

El domingo por la mañana nos presentamos en Behobia. Un barrio de Irún ubicado en la frontera con Francia a la ribera del Río Bidasoa, en el que íbamos a tomar la salida de una de las carreras más antiguas de España: La Behobia – San Sebastián en su 47º Edición.

Ahora hay muchas carreras a pie a lo largo de toda la geografía nacional e internacional, pero la primera edición de la Behobia data de 1.919, en la que la corrieron tan solo 22 atletas.

Se trata de una de las carreras más emocionantes que he corrido. El público está presente acompañando a los corredores a lo largo de los 20 kilómetros de recorrido, especialmente en la salida en Behobia; al subir el Alto de Gaintxurizketa - cuyos 2 km recuerdan al Tourmalet -; el de Miracruz; y no digamos al llegar a la meta después de recorrer el Paseo Marítimo de la Zurriola en el que se forma un pasillo humano de tres o cuatro filas.

En la línea de meta estábamos con los nervios propios de este tipo de eventos, preguntándonos si seríamos capaces de llegar a la meta, y en caso de hacerlo, si lo haríamos de una forma “aceptable”. Es el momento en el que te planteas si has entrenado lo suficiente, si has desayunado correctamente, si la noche anterior sobró alguna cerveza … Sin embargo, cuando dan la salida, sucede como siempre y desaparecen todas las dudas acabas. Comienza el disfrute. La gente jalea a todos los corredores, y además por nuestro nombre, que pueden leer en el dorsal.








Y al llegar a meta, una vez más esa sensación inenarrable de cuando consigues el objetivo. Lo hemos vivido varias veces, pero todas son distintas. Cada carrera ha tenido sus dificultades. En algunos casos a lo largo de la misma, y en otros durante el entrenamiento, pero en todas ellas, cuando encarrilas la línea de meta, vuelves a sentir la satisfacción de la superación y el cumplimiento del objetivo. Da igual el puesto en el que cruzas la meta.

Queque, Antonio, Jimmy y yo, junto con otros 20.000 machacas de toda España y parte del extranjero, nos presentamos en San Sebastián orgullosos de nuestra hazaña, pensando en donde daremos el hachazo en la edición del año que viene.




Ni cachitas, ni esqueletos.



Sabéis que tengo cierta manía a los gimnasios y a los voluminosos músculos de algunos de sus fieles asiduos ...

La musculatura artificiosa no sirve más que para distorsionar nuestro organismo natural, y aportarnos peso adicional que acabará pagando nuestro esqueleto.

Es fundamental sin embargo potenciar la elasticidad de nuestra musculación de una forma natural. Utilizando para ello solo nuestro cuerpo, ejercitándolo de una forma saludable, y de ser posible, al aire libre. En contacto con la naturaleza.

Y en el caso de ellas, idem de lienzo. Nada de dietas milagro, ni buscar como objetivo la delgadez extrema a base de no comer. Basta con movernos.

Además de potenciar nuestra musculación de forma natural, el ejercicio aéróbico al aire libre evita la comparación con "otros cuerpos" de gimnasio, que en algunos casos, para lo único que sirve es para colocarse 2kg más en cada una de las mancuernas. Ejercitarnos en contacto con la naturaleza, hace que nuestro cuerpo pase a un segundo plano, que disfrutemos del paisaje que nos rodea, y que nos concentremos más con nuestro interior.

A largo plazo, el gimnasio solo funciona como complemento de otras prácticas deportivas. Y en todo caso, el exceso de musculatura obtenida artificialmente a base de repeticiones con enormes pesas y abuso de proteínas, nos perjudicará a todos los niveles.



El Collado de los Pastores (La Pedriza)


Fecha: 11 de septiembre de 2.011
Equipo: Alex, Kiko, Juan
Cima: El Collado de los Pastores (1.750 metros)
Desnivel: 850 metros

Con la idea de subir cumbres más altas, el pasado 11 de septiembre comenzamos un entrenamiento seleccionando una "ruta livianita", con preciosas vistas, y en la que pudiéramos ir hablando sin sufrir demasiado, para comentar y preparar objetivos más ambiciosos.

Entre la Maliciosa Baja y el Cerro de las Barreras, muy cerca de donde termina el Ventisquero de la Condesa, se encuentra a 1.750 m de altura el Collado de los Pastores, uno de los mejores lugares de La Pedriza para contemplar la mayoría de los picos de la Sierra de Guadarama.

Dejamos el coche en Canto Cochino, y Alex - que ese día hizo de sherpa (y por lo que vimos, no será el último) - decidió subirnos al Collado remontando el río Manzanares. Aunque en algún momento puntual tuvimos que subir alguna “piedrecilla”, y partiendo de la base de que salvamos un desnivel de 850m, el camino se nos hizo muy llevadero porque fuimos con la compañía del río durante toda la ascensión, quien era parte de nuestras conversaciones con el ruido de sus pequeñas cascadas.

Una vez en el Collado de los Pastores, coincidimos con varios ciclistas de mountain bike, pues esta pequeña cima es la culminación de una de las subidas más famosas de la Pedriza. La de las Zetas.

En el Collado hay cuatro paneles en los que podemos leer el nombre de todas las cumbres, picos y collados que se pueden ver desde allí, por lo que resulta un sitio muy apropiado para familiarizarse con la vertiente sur de la Sierra de Guadarrama y el Parque Natural de la Cuenca Alta del Manzanares, reserva de la Biosfera desde 1.993.

Si miramos además desde arriba hacia el lugar por donde hemos subido, podemos contemplar la garganta por la que el río Manzanares baja desde su cuna en el Ventisquero de la Condesa, hacia Santillana, que como os digo, forma el mayor conjunto de cascadas de Madrid. Los famosos Chorros del Manzanares.

Por cierto, una curiosidad del Ventisquero de la Condesa. Desde el Siglo XVII a finales del S. XIX, el nevero fue utilizado por algunos lugareños para vender en Madrid y alrededores, el hielo que se almacenaba en invierno, necesario para la conservación de los alimentos. Tapaban durante el verano el hielo con paja y centeno para protegerlo del sol y del viento, y lo bajaban a Madrid en carros.



Después de comer unos frutos secos y extasiarnos un buen rato con las vistas, cogimos las Zetas para abajo en busca de Canto Cochino, mientras nos juramentábamos para volver a subir pronto otro pico.

Pico del Nevero (Lozoya, Navafría)


Fecha: 30 de octubre de 2.011
Equipo: Jorge J., Juan
Cima: El Pico del Nevero (2.209 metros)
Desnivel: 439 metros


Después de una semana en la que la UE ha salvado el planeta gracias a los acuerdos adoptados en la cumbre de los pasados días 26 y 27, había que celebrarlo.

A Grecia le quitamos el 50% de su deuda; a los bancos les obligamos a contabilizar la deuda soberana que tengan en sus balances a precio de mercado en vez de al precio a la que la compraron, y para tapar el agujerillo que se nos forma, nos apalancamos 3 ó 4 veces en el fondo de rescate que hemos montado, y así conseguimos 1 billón de euros para seguir rescatando más países y más bancos. Asunto solucionado.

Menos mal que tenemos grandes dirigentes que se les ocurren estos planes financieros, porque si no, no se que iba a ser de nosotros. No obstante, a mí lo único que no me ha quedado muy claro es porqué, en vez de 3 ó 4, no nos apalancamos 6 u 7 veces más y así conseguimos 2 billones, que es el doble !!. Debe ser cosa de expertos ….

Bueno, a lo que iba. Que mejor forma de celebrar la noticia del fin de la crisis, que subir otro de los “dos miles” de la Sierra de Guadarrama. El Pico del Nevero.

Esta montaña se encuentra en la línea divisoria entre Madrid y Segovia, justo encima del pueblo de Lozoya, y es la cota más representativa de los Montes Carpetanos.

Aunque se puede ascender a la cima desde varios puntos, elegimos partir del Puerto de Navafría, trazando una excursión circular, subiendo por la cara norte y bajando por la cara sur. El punto de partida fue el refugio de montaña que existe en el puerto, desde el que justo detrás sale una pista llamada Camino de Navalcollado, que en invierno es utilizada para entrenar por esquiadores de fondo.

Camino de Navalcollado
Esta pista, rodeada de un espectacular pinar a ambos lados, se va adentrando con un muy leve desnivel a la vertiente segoviana de la montaña. Después de caminar unos 30 minutos, encontramos a mano derecha el Mirador de Navalcollado, desde el que mientras contemplamos la espectacularidad de los Montes Carpetanos, empezamos a divisar la inmensidad de la meseta de segoviana.


Según abandonamos el mirador y volvemos a tomar el camino, nos sobrevuela a escasos metros de altura un grupo de ocho buitres, a los que tras las pertinentes bromas, tratamos de fotografiar sin éxito.

Un poco más adelante, tomamos otro camino que sale a mano izquierda y que tiene una pendiente bastante más elevada que nos llevará hasta la zona donde termina el pinar, conocida como El Alto del Puerto (2.100m), muy cerca ya de la cima de El Nevero.

El Alto del Puerto. Vertiente Madrileña
El Alto del Puerto. Vertiente Segoviana
El desnivel del camino que recorre la distancia entre el Alto del Puerto y el eje geodésico del Nevero es mínimo, por lo que fuimos caminando tranquilamente mientras observamos restos de trincheras que fueron utilizadas por el Batallón Alpino de Guadarrama y los Requetés durante la guerra civil, pues el Pico del Nevero fue uno de los enclaves más importantes del frente de Somosierra.

Una vez en la cima, contemplamos una inigualable vista del Pico Peñalara, del enorme valle del Lozoya, de la Sierra de La Cabrera, el Mondalindo, Canencia, Morcuera, Guarramillas ...



Después del consabido tentempié disfrutando de las vistas, decidimos comenzar el descenso, dando la vuelta en dirección este hacia el Alto del Puerto. Dejamos a nuestra derecha la Hoya de Pinilla, donde antiguamente se ubicaba el glaciar que dio nombre al Pico del Nevero, y que hoy en día, vierte en primavera toda el agua del deshielo hacia el río Lozoya y el embalse de Pinilla.

Hoyo Grande de Pinilla
Más allá del Hoyo de Pinilla, bajamos por un antiguo cortafuegos con fuerte desnivel, en el que íbamos dejando a mano derecha una valla de alambre que marca la división entre las provincias de Segovia y Madrid. Este camino termina en el mismo refugio del que habíamos partido.



Ahora, mientras escribo este post, compruebo que el IBEX 35 ha palmado hoy casi un 3 %; que el gobierno ha informado oficialmente del estancamiento de nuestra economía en el tercer trimestre, y que España se asoma irremediablemente a la recesión. Recuerdo entonces la esplendida mañana que pasamos ayer en contacto con la naturaleza en el Pico del Nevero, y pienso: ….. “al final, la UE tendrá que apalancar su fondo de rescate 6 ó 7 veces más”.







Corre corre


¿Seré capaz de correr una carrera de 10km sin parar?, me pregunté hace 9 años mientras veía la San Silvestre Vallecana. Hasta entonces, solo había corrido haciendo otros deportes, pero nunca lo había intentado de una forma metódica y por sentir el único placer de correr.

Recuerdo que el día que empecé, lo hice en una pista de atletismo en Toledo y aguanté escasamente 800 metros. Cuando terminé las dos vueltas, me senté en el suelo y empece a recuperar poco a poco la respiración mientras iba bajando las pulsaciones ...

Aunque pensaba que me encontraba muy en forma, ese primer contacto me sirvió para darme cuenta de que, o no estaba tan en forma como yo pensaba, o había dosificado fatal mi fuerzas, pues no era normal haber terminado tan reventado. Con el tiempo, me di cuenta de que eran las dos cosas.

Después de unos meses de entrenamiento, fui a correr la carrera de 10km que me había propuesto. Cuando llegué a la meta, recordé instintivamente las primeras "tiradas" y me dio la sensación de que habían sido hace muchísimo tiempo. Estaba tan contento de haber logrado mi objetivo, que en ese mismo momento tomé la decisión de proyectar otra carrera de la misma distancia para intentar correrla más rápido ....

Desde entonces he corrido más de 40 carreras de 10km, 20 medios maratones y 8 maratones. Correr forma ya parte mis hábitos, y lo practico al menos 3 días por semana.

No voy a comentar aquí los beneficios que "correr" causa en el organismo, porque nos lo están recordando constantemente y resultaría demasiado redundante.

Quiero sin embargo subrayar los valores que se entrenan y potencian corriendo: esfuerzo, superación, concentración, serenidad, conocimiento del organismo ... Esa es la soledad del corredor de fondo.

Colgaré bajo esta etiqueta experiencias y opiniones de carreras, entrenamientos para pruebas de 5km, 10 km, medio maratón,y maratón, libros, artículos.




Locos, pero locos de remate.










Mountain Bike


Aunque empecé a montar en bici de niño, no me aficioné realmente hasta que Perico Delgado ganó su primera Vuelta a España.

Tenía por aqu
el entonces 16 años, y aunque en esos momentos me debatía entre gastarme mis exiguos ahorros de estudiante, en la discografía completa de The Who o en cachondeos varios con los amigos, finalmente decidí hacerme solo con algunos discos, y ahorrar para comprarme una bici de carretera.

El objetivo era doble. Por un lado intentar experimentar qué se siente subiendo y bajando un puerto de primera categoría; y por otro, tratar de imitar - a mi nivel -, las gestas de algunos ciclistas que poco a poco se iban convirtiendo en mis ídolos.

Empecé a entrenar y acabé haciendo etapas de más de 120 km atravesando puertos de montaña de la Sierra de Madrid. Las sensaciones de superación y libertad que iba experimentando, hicieron sin darme cuenta, que la práctica del ciclismo me enganchara y me acompañara ya - en mayor o menor medida - toda mi vida.

Con el tiempo, atraído por la posibilidad de practicar mi deporte en conexión más directa con la naturaleza, decidí cambiar el ciclismo de carretera por el de montaña, al que básicamente dedicaré los post que se incluyan en esta etiqueta. Las ventajas del mountain bike (MTB) son innumerables, aunque podemos destacar algunas:
  • Tonifica los músculos y quema calorías.
  • Mejora las habilidades de coordinación y equilibrio.
  • Aumenta significativamente la capacidad pulmonar.
  • Mejora igualmente el sistema bascular y reduce la hipertensión y el colesterol.
  • Fomenta el respeto por la naturaleza, y ofrece la posibilidad de contemplar paisajes únicos mientras se hace ejercicio.
  • Los obstáculos físicos (subidas o bajadas, angostos y sinuosos senderos, grandes recorridos … etc) se convierten en retos que aumentan la capacidad resolutiva y de superación también en el ámbito profesional y personal.
  • Se puede practicar en grupo, mejorando el trabajo en equipo y encontrando personas que comparten tus mismos intereses.
  • Durante su práctica, segregamos endorfinas, que actúan a nivel cerebral provocando bienestar.
El objetivo de los post que etiquete “en bici”, es compartir experiencias en MTB, proponer pequeñas excursiones, entrenamientos para todos los niveles, avances tecnológicos, material deportivo … etc.

A pedalear !!









Pico Urbión (Laguna Negra, Soria)

Fecha: 16 de octubre de 2.011
Equipo: Betty, Juan
Desnivel: 529 metros

Cuando atraviesas la Comarca de Pinares, en Soria, el monte te va fagocitando con sus formas, colores, sonidos y olores. Sientes la inmensidad del bosque y la enorme vida que desprenden sus pinos, robles, hayas, sabinas ….

El domingo por la mañana salimos con dirección a Vinuesa desde Navaleno - donde el sábado disfrutamos de una estupenda jornada micológica (de campo y de mesa). El objetivo era llegar hasta La Laguna Negra, para dejar allí el coche e intentar subir el Pico de Urbión.

Observando a ambos lados de la carretera, íbamos disfrutando del espectacular bosque que nos acompañó todo el trayecto y sorprendiéndonos de lo cuidado que está en comparación con otras zonas forestales del país. Pues bien, aunque es cierto que los recursos hídricos de la zona son abundantes por su proximidad con la Sierra de Urbión, no es menos cierto que una zona tan rica como esta a nivel ecológico podría encontrarse devastada por la actividad humana; bien sea por el abuso de la actividad maderera, ganadera, turística o de cualquier otro tipo.


Y ello fue porque para evitar esa devastación, se tomaron dos importantes medidas en la zona. La primera y más antigua, fue crear y ordenar hace más de 100 años (en 1907) el Monte bautizado como Pinar Grande, en el que una mancomunidad de 150 pueblos de la zona que habían tenido el aprovechamiento del monte desde casi el S. XII decidió cambiar sus costumbres y adaptarlas a un modelo de gestión sostenible del mismo.

La otra, más reciente, es que el profundo interés de la población por el cuidado y mejora de su bosque, hizo que se propusieran y consiguieran integrarse en la Red Internacional de Bosques Modelo, a la que pertenecen desde 2007, siendo El Monte Modelo de Urbión el único de España que pertenece a esta red.

Este macizo forestal, uno de los más extensos de la Península Ibérica, tiene casi 100.000 hectáreas de masas naturales autóctonas formadas principalmente por pino silvestre y pino resinero. Gracias s a la explotación mantenida de esa riqueza forestal los habitantes de Urbión han conseguido que, durante generaciones, se pueda vivir del bosque, convirtiéndose en una de las regiones rurales de montaña más próspera y pobladas de toda la geografía española.

Frente al abandono que caracteriza muchas zonas de montaña estos pueblos reúnen una población de unos 18.500 habitantes, presentando una densidad de población superior a la media de Soria. El sector forestal en la comarca ocupa el 50% de la población activa, con más de 150 empresas y 2.000 trabajadores empleados.

De los pinares ordenados de estos pueblos se cortan, hoy en día, más de 200.000 árboles al año de una forma sostenible, bajo sistema de certificación PEFC, oscilando el turno de corta establecido por las ordenaciones entre los 120 y los 140 años. Tras la corta, los pinares se regeneran generalmente bastante bien. Buena prueba de ello es que existen cerca de 20 millones de árboles con edades entre 30 y 200 años.

Una vez superada la localidad de Vinuesa, y sin abandonar este frondos bosque, llegamos a la Laguna Negra, que emerge a 1.765 m de altitud.


Según cuenta la leyenda, la laguna Negra no tiene fondo y los lugareños defienden la teoría de que se comunica con el mar mediante cuevas y corrientes subterráneas. La leyenda más extendida, que hace hincapié en la ausencia de fondo, es la que escribió Antonio Machado en 1912: Los hijos de Alvargónzalez.

Machado sitúa en estas tierras la historia trágica de un parricidio. Alvargonzález es asesinado por dos de sus tres hijos, que tienen prisa para el cobro de la herencia y deciden deshacerse del cadáver arrojándolo a la Laguna. Más adelante, los remordimientos corroen a los asesinos, que deciden vender las tierras a su hermano y por “tierra de por medio”. Cuando emigran, se pierden en la noche y acaban en las aguas de la laguna …..

Así veía Machado la Laguna Negra:

Llegaron los asesinos
hasta la Laguna Negra,
agua transparente y muda
que enorme muro de piedra,
donde los buitres anidan
y el eco duerme, rodea;
agua clara donde beben
las águilas de la sierra,
donde el jabalí del monte
y el ciervo y el corzo abrevan;
agua pura y silenciosa
que copia cosas eternas;
agua impasible que guarda
en su seno las estrellas

El origen geológico de la Laguna Negra, lo encontramos en el periodo cuaternario. Hace unos 2.000.000 de años, un glaciar descendía desde el pico de Urbión hasta el valle del Riminuesa cubriendo lo que hoy es la laguna. Los sedimentos que arrastraba el glaciar (la morrena), se fueron depositando a los lados del mismo formando un muro que iba reteniendo el agua formando la laguna. El relieve en forma de hoya, y su situación a la sombra, propiciaron que se quedara en lo que hoy es la laguna, una masa de hielo en el fondo.

Los acantilados se formaron mediante sucesivas congelaciones y deshielos que rompieron grandes bloques de piedra, que se ven en las orillas de la laguna y en la zona de la ladera del Zorraquín, encontrándose así la laguna rodeada por su parte oeste por las impresionantes paredes que conforman el acantilado o cinturón rocoso.

Rodeando la laguna por el suroeste, sale un camino al Pico Urbión que sube hacia el Collado de Majada Rubia, y que aunque está perfectamente indicado, comienza con un cartel que dice “Tramo de senda peligrosa”. En este primer tramo, que transcurre por un pequeño canal en la pared, el desnivel es importante y el camino pedregoso, por lo que vamos caminando despacio. Como se gana altura muy rápidamente, nada más salir del canal llegamos al Collado de Majada, disfrutamos de una maravillosa vista aérea de la Laguna, y divisamos ya al fondo el Pico de Urbión, a 2.228m de altitud.







Continuamos caminando un buen rato por el Collado de Majada Rubia, y de repente, nos dimos cuenta de que con paisajes tan espectaculares habíamos ralentizado tanto el ritmo de ascensión, que en el tiempo que habíamos previsto subir hasta la cumbre, no habíamos progresado más allá de la mitad, así que como habíamos quedado a comer en Quintanarejo, encontramos un fantástico pretexto para abandonar la subida, y juramentarnos para volver pronto a intentar subir la cima.


Nos veremos pronto, Urbión. Y la próxima vez en la cima, subiendo por tu cara Norte desde La Rioja.