Sabiendo que hoy era un
día corto, y además el último “relajado”, abandonamos el campamento de Karanga
sin muchas prisas. El objetivo de la jornada es llegar a Barafu (4.600m) rápido
para almorzar allí lo antes posible e intentar cenar también pronto.
El camino es enormemente
rocoso y la única vista que tenemos en frente es la cima del Kibo. Aunque el
ascenso hasta el próximo campamento no es duro, pasamos un buen rato sin hablar,
probablemente porque vamos todos pensando que al día siguiente a estas horas ya
sabremos si hemos sido capaces de subir hasta la cumbre.
No parece que sea miedo
escénico porque somos “muy valientes”, pero el caso es que los silencios son
cada vez más grandes y estamos palideciendo pese al sol que nos viene dando
estos días. Serán los porridge ….
Saleem, que se empezó a oler
el cotarro, se puso delante y empezó a cantar “follow de leader, leader, follow de leader … sígueme, sígueme”. A
partir de ahí, fuimos el resto del camino comentando anécdotas del Kilimanjaro
y disfrutando de las vistas.
A lo largo del día,
observamos que bajaban porteadores desde Barafu camino de Karanga. Resulta que
en el último campamento no hay agua cerca, y la tienen que transportar desde el
campamento que habíamos abandonado por la mañana. Una vez más, los porters nos humillan duramente y nos
demuestran su fortaleza. Mientras nosotros hemos realizado tres cuartas partes
del recorrido de hoy, a ellos les ha dado tiempo a recorrerlo entero, dejar
allí las tiendas y comenzar de nuevo la bajada hacia Karanga para llenar en el
río de allí los bidones y volver a subir a Barafu. No somos nadie.
Llegamos a Barafu tres
horas después de partir de Karanga, y al primero que nos encontramos allí fue a
Alex. Estaba pletórico porque acababan de bajar con éxito de la cumbre, y solo porque el resto de su expedición estaba derrengada y esparcida por las tiendas El
agotamiento y el mal de altura los tenía fulminados, lo que hizo que de nuevo se nos fuera la color. Nos enseñó las
fotos de esa misma mañana en la cima, y nos habló de la congelación pasajera y
el tono morado que había experimentado en dos de sus dedos. Blanca nuclear
teníamos ya la cara.
Barafu es con diferencia el
campamento más duro de todos en los que hemos pernoctado. No existe ningún tipo
de vegetación, los cuervos y las tórtolas que venían con nosotros durante la
ascensión han desaparecido, y las tiendas están colocadas bastante separadas en
los huecos que deja el pedregal en que consiste el campamento.
A las 13.30h ya habíamos
almorzado, y tras una charleta montañera en la tienda comedor y un paseo de
sobremesa, a las 17.30h son sentamos a la mesa para cenar.
Spaguetti a la watermelon !!, exclamó Kiko.
Antes de tomarnos la
pasta, disfrutamos de un exquisito aperitivo de jamón y lomo ibérico que nos
había regalado Alex. Dimos buena cuenta de los manjares brindando por Alex y
Javi que ya tenían la cumbre en la talega, y de lo nuestro ni hablábamos ….
Tras el jamón y los
spaghetti, a - 8º C dentro de la tienda comedor, vimos una vez más como se
subía la cremallera y a aparecía Saleem … How
was the day ?
Esta vez venía a darnos el
briefing acompañado de Benja y otro
guía. Serían los que nos acompañarían hasta la cumbre. Tres guías para cinco
podría querer decir que eran muy atentos, o que daban por hecho que más de uno
de nosotros tendría problemas .... El caso, es que nos anunciaron que a las 23.00h
tocarían diana y que fuéramos a desayunar muy, pero que muy abrigados.
Nos fuimos al saco con
dificultades para respirar. No por la altura, sino porque algo que teníamos de
corbata nos oprimía la garganta.