Behobia - San Sebastián 2012



Unas horas después del desprendimiento que habían causado las fuertes lluvias en San Sebastián, Jan, Álvaro, Queque, Rober, Jimmy y un servidor nos apostamos en unión de otras 21.000 personas en la línea de salida de la 48ª Edición de Behobia- San Sebastián.

Después de buscar por internet en varias páginas de previsión meteorólogica, encontramos una que anunciaba que pararía de llover desde las 10.00h a las 13.00h, y a ese nos agarramos como a un clavo ardiendo para irnos a dormir la víspera sin pañales.

Pero no. Cuando íbamos hacia Behobia para tomar la salida, el agua corría a raudales por los laterales de la A-8. Claro !!, pensamos. Eran las 9.15h y no dejaría  de llover hasta dentro de tres cuartos de hora ….

Pasaban los minutos, y las gotas de lluvia tamaño lenteja pasaban a ser de tamaño garbanzo. A las 10.00h habíamos dejado ya la ropa de abrigo en los camiones ropero, y ya estábamos ”de corto” protegidos únicamente por un chubasquero de Gao Ping.

Por la fuerza del viento y el color del cielo, ya sabíamos que nos esperaba una galopada de 20 kilómetros en la que todos íbamos a batir nuestros tiempos, pues cuanto más rápido corriéramos, menos frío, menos viento y menos agua nos iba a caer encima.

Tras el pistoletazo empezamos a salir por tandas, y a los pocos minutos de la salida ya no hacía frío ni parecía que lloviera. Sin embargo, la gente a ambos lados de la carretera mantenía agarrados con fuerza los paraguas, y tenía la cara aterida de frío. Que extraño, pensamos.

En el kilómetro seis, comenzábamos una de las partes más duras de la carrera. La subida al Alto de Gaintxurizketa. Son 1.650m sin demasiado desnivel pero de subida constante. Al ver que el alto se iba doblegando a nuestros pies, empezamos a incrementar fuimos el ritmo para terminar rápido con aquel trámite y de repente empezamos a oír a lo lejos ….. thunder, …. thunder. Angus Jones nos llamaba y nos animaba desde el alto de marras !!

Aunque al coronar daban ganas de quedarse debajo de los enormes altavoces del km.8 gritando Thunderstruck, comenzamos a descender hacia el Puerto de Pasajes, la única zona llana de toda la carrera. En ese momento, no notábamos la lluvia en absoluto, aunque si el peso de las zapatillas llenas de agua y el roce de la camiseta con medio kilo de más haciendo de las suyas ….  

Cruzando Pasajes nos dimos cuenta de que íbamos galopando como caballos. Algún corredor ya no iba con braceo natural y hacía cosas raras con las manos juntando las muñecas… Los altavoces escupían el Gangnam Style una y otra vez, y cuando nos quisimos dar cuenta, estábamos ya en el kilómetro 16 comenzando la subida hacia el Alto de Miracruz. Al superar Arzak, echamos de menos a Juanmari en el balcón animando el cotarro, pero a cambio comenzaba la bajada hacia la meta.

Al doblar hacia el Km 19, y llegar al extremo este de Zurriola el viento era impresionante. La lluvia arreciaba y endurecía las condiciones más aun, pero era el último kilómetro. Un enorme y estrecho pasillo de gente animaba a todos los corredores hasta que en los últimos 400m unas vallas abrían la separación entre las dos aceras. Ya estábamos allí. Olor a meta y - una vez más - emoción de haber llegado. Justo unos metros antes de cruzar la línea de meta, en el momento de máximo disfrute tras el esfuerzo realizado, allí estaban ellas gritando …. Vamoooss !!!. Impresionante estampa debajo de un paraguas que quería salir volando como el mismísimo arco de meta. Lluvia a raudales, frío desde el tuétano y allí aguantando el tirón para animar en los últimos veinte metros. Impresionante la exhibición al otro lado de la valla !!

La tonelada de pimientos del piquillo con txangurro rebozados con tempura que nos metimos la noche de víspera, finalmente pudo ser digerida (no sin esfuerzo), e hizo de carburante para que todos superáramos nuestros objetivos. Lluvia, ni lluvia. 



Mañana fijo que no llueve ...


Que no, que no. Aupa !!





Enorme hamburguesa de buey


La clásica


Esta vez, la hamburguesa de bonito.



Rompepiernas


22.756 desgraciados

Uno ... no tanto.














La máquina